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La llamada del mediterráneo

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  La llamada del mediterráneo En las aguas profundas, un lamento se oyó,   los peces y delfines, un canto alzó.   "¡Oh humanos, escuchen! ¡No más contaminación!   El hogar que habitamos, pide su salvación.     Las algas susurran, en verdes melodías,   y los corales lloran, por sus tristes heridas.   Las olas murmuran secretos del mar,   y entre burbujas suaves, claman por cuidar.     Las tortugas nadan, con lentitud y deseo,   buscando un futuro, libre de enredo.   "¡Dejen de arrojar plástico, su sombra nos pesa!   Nuestro hogar es un templo, ¡conserven su belleza!"     Los pulpos, con sus brazos, pintan el océano,   sus colores vibrantes, un arte soberano.   "¿Acaso no ven, que en cada desecho,   se apaga la vida, se ahoga el festejo?"     Los delfines saltan, en danza de alegría,   pero su canto es triste, por la contaminación fría.   "¡Protejan nuestros ríos, nuestros ma...

Territorio en Llamas

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  Territorio en Llamas En la vasta tierra donde brota el sol, se alzan sueños, se dibujan anhelos, pero el eco de pasos resuena en su piel, marcando caminos, sembrando desvelos. Ríos de historia surcan el suelo, susurros de ancestros, raíces profundas, pero el hombre avanza, con ansias de hierro, despojando la tierra de sus voces fecundas. Montañas que vigilan, testigos silentes, de guerras y pactos, de luchas constantes, un mapa de sombras, de huellas dolientes, donde el hombre se aferra a sus sueños distantes. Ocupamos el suelo, lo reclamamos en nombre, de un futuro brillante, de la ambición ciega, pero a costa de bosques, de ríos que rompen, la armonía del canto que la vida despliega. La tierra nos grita, sufre en su herida, y el viento se queja con lamentos callados, ¿qué legado dejaremos en esta partida, si el precio es el llanto de lo que hemos amado? Así, en la balanza de la vida y el oro, debemos encontrar un sendero sincero, donde el hombre y la tierra, unidos en coro, can...

Un Lamento por el Futuro

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   Un Lamento por el Futuro En la brisa suave, un lamento se oye, las hojas susurran historias de antaño, un río que canta, ahora llora su herida, su cauce es un eco de un tiempo lejano. Las fábricas rugen, el humo se eleva, las aves se marchan, buscando su hogar, los árboles caen, en un grito ahogado, su sombra se apaga, su vida a pesar. El mar, que antaño abrazó a la tierra, se ahoga en plásticos, en llanto y desdén, las olas que juegan, hoy gritan de pena, un futuro incierto, un triste vaivén. Los glaciares lloran, su hielo se quiebra, sus lágrimas frías, un aviso voraz, los seres que habitan, en su piel se encuentran, un mundo en peligro, un grito de paz. Pero en medio de sombras, aún hay una llama, voces que se alzan, que luchan sin cesar, con manos unidas, sembrando esperanzas, podemos sanar lo que vamos a amar. Cuidemos el suelo, el aire, el océano, escuchemos el canto de la tierra en su andar, pues el impacto que causa, en nuestro ser humano, no es solo un legado, es u...

Ecos de la Tierra Rota

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  Ecos de la Tierra Rota En la cumbre donde el cielo besa el sol, se alzan montañas, guardianas de la vida, pero el hombre, con su ambición voraz, abrió un tajo en su piel, dejando heridas. El eco de martillos resuena en el viento, la tierra llora su lamento antiguo, cada mineral extraído es un grito, cada roca quebrada, un sueño perdido. Los ríos, antaño cristalinos y puros, se tiñen de sombras, se ahogan en polvo, los árboles caen, caen sin retorno, sus raíces, desgarradas, un triste sopor. El aire se espesa, lleva un perfume amargo, de promesas rotas y de vidas marchitas, la fauna se oculta, busca un refugio, en un mundo donde el silencio grita. Explotaciones que devoran la esencia, un paisaje que grita su dolor en silencio, la huella que dejamos es un legado oscuro, un futuro incierto, un abismo extenso. Oh, madre tierra, ¿qué hemos hecho? Tus venas abiertas, un clamor sagrado, tu historia marcada por manos de acero, donde antes había vida, ahora solo es llanto. Pero aún en la ...

Ecos del Progreso

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  Ecos del Progreso En fábricas de acero y humo gris, donde el progreso danza con frenesí, las máquinas rugen, el reloj avanza, mientras la Tierra, en silencio, se lanza. Ríos de desechos, mares de plástico, vida que lucha en un ciclo dramático, los árboles caen, susurros de antaño, en un mundo que avanza, pero es un extraño. El oro brilla, pero duele el precio, cada extracción, un eco de excesos, pueblos que gritan, la tierra herida, un futuro incierto, una herencia perdida. El crecimiento ciego, un monstruo voraz, devora recursos, y no mira atrás, en el aire pesado, en el suelo agrietado, se siente el lamento de un planeta cansado. Pero aún hay esperanza, en manos que crean, soluciones verdes que el miedo despejan, cultivos que florecen, energías limpias, un nuevo camino, donde el amor brilla. Cambiemos la ruta, el rumbo, el destino, por un mundo justo, por un mundo divino, donde la economía y la vida se abracen, y en armonía, nuestros sueños renacen.

Blancanieves y los enanitos guardianes de la naturaleza

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  Blancanieves y los enanitos guardianes de la naturaleza Érase una vez, en un hermoso bosque lleno de árboles frondosos y ríos cristalinos, una hermosa joven llamada Blancanieves. Ella vivía en una pequeña cabaña, rodeada de la naturaleza que tanto amaba. Sin embargo, su paz se veía amenazada por la malvada reina, quien estaba obsesionada con ser la más hermosa y poderosa del reino. La reina, al enterarse de que Blancanieves había encontrado un lugar tan hermoso, decidió que debía destruirlo para construir un palacio que reflejara su grandeza. Pero lo que la reina no sabía era que este bosque no solo albergaba la belleza natural, sino que también era un ecosistema vital para muchas criaturas y plantas. Un día, mientras Blancanieves paseaba por el bosque, se encontró con seis enanitos que trabajaban en la minería. Cada uno de ellos tenía una personalidad especial: Sabio, el más estudioso, siempre llevaba consigo libros sobre la naturaleza; Risitas, que siempre encontraba el humor e...

Susurro de la Tierra

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  Susurro de la Tierra En el susurro de un bosque callado, donde el viento llora entre ramas secas, se oyen los ecos de un tiempo olvidado, de ríos que cantan, de almas que suecas. Las montañas, vestidas de gris y de pena, guardan en sus cumbres historias perdidas, de un agua que fluía, de vida en la arena, de un cielo que brillaba, de flores encendidas. El hombre avanza, su sombra voraz, arrasando los bosques, desbordando los mares, con manos de hierro, un futuro fugaz, mientras el planeta se quiebra en sus lares. Los peces en ríos, en mares de olvido, las aves que callan, el aire que pesa, los árboles gritan, su espíritu herido, y el suelo que llora su amarga tristeza. Bajo el brillo del oro, el carbón y el fuego, se oculta el clamor de la tierra cansada, un canto de angustia, un lamento sin juego, que pide a gritos una mano alada. Detente, oh humano, escucha el lamento, de un mundo que grita por ser escuchado, apaga la avaricia, el ruido, el tormento, y abraza la vida, el amor r...